Así pues, después de un buen desayuno en el hotel, dejamos la habitación.
El problema de las maletas lo solucionamos de la siguiente forma. Nos informamos que en la estación del Norte de Renfe, no hay consigna, (¿?, pues eso) , pero justo al lado en la nueva estación de Autobuses si que había y bien nuevecitas. Así que allí que nos fuimos. Está cruzando el puente de María Cristina. Para que podáis ver que bus urbano os puede llevar hasta allí os dejo este enlace, en el que encontrarás toda la información. Las paradas más próximas son Línea 24 (Altza-Antiguo). Línea 17 (Centro-Amara Anoeta).
Dejamos las maletas en la consigna, (funciona de maravilla) en una de las 66 automáticas que hay y nos fuimos hasta la Plaza Guipuzkoa, para coger el mismo autobús de ayer, el nº 16 que nos dejará al pie del Funicular que nos habrá de subir al Monte Igeldo.
Este es el mapa del día
Para ir de la Estación de Autobuses a la Plaza Guipuzkoa se ha de coger el Bus nº 45 (dirección Plaza Guipuzkoa) de allí el nº 16 dirección Camping y bajar en la Plaza Funicular.
LLegamos al Funicular:
El funicular del monte Igeldo es el más antiguo de Euskal Herria y a nivel estatal, el tercero más antiguo, tras los barceloneses del Tibidabo (1.901) y Vallvidriera (1.906), hoy modificados. Se construyó, bajo diseño del ingeniero Emilio Huici y la dirección de obra del también ingeniero Severiano Goñi, para facilitar el acceso a la parte alta del monte Igeldo, situado al oeste de la ciudad de San Sebastián. Fue inaugurado con fecha 25 de agosto de 1.912, por la Reina doña María Cristina, y la firma suiza Von Roll Fonderie de Berne, especialista del sector, equipó la línea que cuenta con una longitud total de 312 metros. La inauguración coincidió con el estreno del Parque de atracciones en lo alto del monte Igueldo, dejando ver unas impresionantes vistas panorámicas de la Bahía de la Concha. La estación está situada en la plaza del funicular, muy cercana a la famosa obra de Chillida "El peine del viento".
Datos Técnicos :
Recorrido: 312 metros
Desnivel: 151 metros
Pendiente media / máxima: 48,39% / 57,9%.
Capacidad: 50 personas por vehículo
Duración del viaje: 3 minutos
Velocidad: 1.5 metros por segundo
Horarios: Cada 15 minutos
Altitud estación inferior: 11 m sobre el nivel del mar.
Altitud estación superior: 162 m sobre el nivel del mar.
Motor eléctrico, potencia: 125 CV a 220 V.
Accionamiento: Von Roll de tres reducciones.
Trazado: alineación recta.
Ancho de vía: 1 m.
Montaje: Traviesas metálicas sobre losa de hormigón.
Cruce: longitud 80 m / radio de curvatura 250 m.
Una vez que llegas al Parque, te quedas embelesado con las vistas de la ciudad. No puedes parar de hacer fotos y querer captar todo lo que estás viendo. Aunque lo mejor es estar un rato sentado, mirando o admirando mejor dicho las vistas y disfrutar de ello.
Toda la información más importante del Monte Igeldo y su Parque de Atracciones la podéis encontrar en este enlace.
Además de las maravillosas vistas es recomendable no perderse :
1.- EL TORREÓN:
Este antiguo faro de leña te mostrará, a través de la exposición que alberga, cuáles eran, no hace demasiado tiempo, nuestros modos de vida y costumbres. Además, desde su terraza almenada, contemplarás un espectacular paisaje: Desde el vizcaíno cabo de Matxitxako hasta las Landas francesas.
La historia de “EL TORREÓN” de Igueldo arranca a mediados del siglo XVIII, aunque ya desde el siglo XVI se tiene constancia de la existencia en este lugar de una señal luminosa destinada a evitar los muchos naufragios que la peligrosa entrada al puerto ocasionaba.El faro, también conocido como “La Farola”, fue construido por el Consulado de San Sebastián a 180 metros sobre el nivel del mar. Era una torre de luz fija destinada a permanecer encendida
entre el 14 de septiembre y el 3 de mayo. Pese a que con sus más de nueve leguas de al-
cance era uno de los mejores de la época, el faro fue finalmente abandonado debido tanto a los destrozos ocasionados por las guerras carlistas como al hecho de que las nieblas lo cegaran con relativa frecuencia.
Cuando en 1.854 se construyó un nuevo faro, situado en un costado del monte a 130 metros so-
bre el nivel del mar, el viejo torreón fue abandonado definitivamente. A partir de 1.912, decidida a recuperar el esplendor del antiguo faro, la sociedad Monte Igueldo lo reconstruye con arreglo a un proyecto encargado al arquitecto Don Luís Elizalde: Se incorpora una nueva planta con amplios ventanales a modo de mirador acristalado y, sobre ésta, una fabulosa terraza
panorámica a la que se accede por dos de los cuatro torreones ornamentales que rematan la torre.
Desde la terraza superior el visitante de hoy, como el de ayer, puede disfrutar de la más hermosa e impresionante vista de la ciudad de San Sebastián y sus alrededores.
La lenta pero imparable metamorfosis del Monte Igeldo, inaugurado en 1.911, sigue su curso aunando tradición y modernidad.
Las atracciones originarias conviven con otras actuales que anuncian el futuro más próximo de este lugar, emblemático para los donostiarras e inolvidable para quienes lo visitan. Esta privilegiada atalaya se ha ido rebautizando, primero como Casino, después en 1.925 como recinto de elegantes bailes y posteriormente como parque de atracciones.En 1.967, en el solar que ocupara el antiguo casino-restaurante, se construye el HOTEL MONTE IGUELDO de 4 estrellas.
Las atracciones, conservan ese encanto melancólico de los años pasados. Estas son:
Tobogán, Río Misterioso, Montaña Suiza, Autos de choque, Camas elásticas, Paseo de la risa, Cosmicar, Gran Carrusel, Taga-J, Tren de Igueldo, Visita al Torreón, Gran Laberinto, Casa del terror, Carrera de tortugas. Los precios de cada atracción van desde 1€ el más barato hasta 2,50 € el más caro.
Como son muchas las fotografías y videos realizados os dejo este montaje hecho en Flickr.
Llegada la hora de vuelta, bajamos de nuevo en los mismos buses hasta la Estación del Norte RENFE y cogimos el Avia de vuelta a Barcelona.
Evidentemente nos hemos dejado por ver cosas de la Bella Easo, como por ejemplo la Isla de Sta. Clara, que solo se puede visitar en verano. Un gran motivo para volver a Donostia.
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