martes, 5 de abril de 2016

3r día: La Costa Vasco Francesa: Hondarribia

HONDARRIBIA : (FUENTERRABÍA)

Hondarribia (Fuenterrabía en español), es un pueblo, bueno mejor dicho ciudad (oficialmente tiene el título de “ciudad”, que se le otorgó en el siglo XVII tras vencer varias batallas contra los franceses), de lo más bonito de la zona. La gente llega a Hondarribia, a su aeropuerto pensando que llega a San Sebastián ( a 25 km) y a veces se pierde este espactacular lugar.

El Nombre De Hondarribia

La ciudad de Hondarribia es, para algunos historiadores fundación del rey godo Recaredo (año 586- 611), afirman otros que la fundó el godo Suintila en el año 622; no faltan quienes atribuyen la reconstrucción de las primitivas murallas al rey Wanba (año 672- 686), existía un cubo entre el baluarte de San Felipe y el de Santiago hasta mediados del siglo XVII con el nombre del mencionado rey.

Año 1180. El nombre de la ciudad aparece por primera vez escrito en un documento: la Carta Puebla que el Rey D. Sancho el Sabio concede a San Sebastián.

“Domo de Sancto Sebastiano pro termino de Hondarribia usque ad Oriam”

La lingüística nos permite afirmar que el nombre original de la Ciudad fue HONDARRIBIA, que significa "vado de arena" accidente geográfico sobre el que se construyó la Plaza.

El Ayuntamiento de la Ciudad, por respeto a los antepasados que fundaron nuestro municipio, decidió el día 10 de Octubre de 1979 recuperar el nombre original declarando HONDARRIBIA única denominación oficial correcta de la Ciudad.

No resulta exagerado atribuir a Hondarribia más de 2.500 años de existencia como núcleo poblacional. Y muchísimo más a los pobladores de su territorio ya que los monumentos prehistóricos descubiertos en el monte Jaizquibel datan del año 2.000 a. C. aproximadamente:

-IZKULIN. dolmen situado a 300 m. del Parador.
-JAIZKIBEL II: conjunto de cinco cromlech, a 130m del monumento “Mendizabalen Arriya ".

También se han hallado restos de cerámica del siglo I antes de Cristo en el fondo marino de nuestro litoral, lo que unido a otros datos, nos permite creer que los romanos conocieron Hondarribia. Lástima que no dispongamos de documentos escritos hasta el año 1180.

Fue Alfonso VIII de Castilla quien otorgó a nuestro municipio la Carta Puebla fundacional el año 1203.

Por su condición de puerto de mar fronterizo, desde tiempo muy lejano los reyes procuraron la fortificación de la villa y le concedieron privilegios a fin de estimular a los habitantes en la defensa ante las invasiones francesas y de los piratas. Ello condicionó su historia.

De entre los innumerables asedios a que fue sometida cabe destacar los sitios de 1280- 1476- 1521 - 1638- 1719- 1794 .

Según han transcurrido los siglos, Hondarribia ha merecido diversos títulos Honoríficos por los valores de los que sus habitantes hicieron gala.

1203. Se le concede la " Carta Puebla " y el título de " Villa "
1598 : Ya ostentaba los títulos de " Muy Noble y Leal Villa ".
1639. " Muy Noble, Muy Leal, Muy Valerosa Ciudad "
1799. " Muy Siempre Fiel "
1903. " El Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Leal, Muy Valerosa y Muy Siempre Fiel Ciudad de Hondarribia" es reconocido como merecedor del tratamiento de “EXCELENCIA”

Este enlace es ideal por si quieres ahondar más en la historia de Hondarribia

Para visitar Hondarribia se necesita como mínimo un día entero. Podríamos dividir la visita en tres partes:

a) Casco histórico (parte vieja dentro de las murallas)

b) Barrio de la Marina (Barrio de pescadores, extramuros)

c) El paseo marítimo y la playa.

Por desgracia, al tener poco tiempo ya que teníamos que devolver el coche a las 19h. en el centro de San sebastián, sólo pudimos ver EL CASCO HISTÓRICO. De resto daré la información que teníamos preparada y planificada, pero no lo pudimos ver. Será cuestión de volver en otra ocasión, con más tiempo.

A) Casco histórico (parte vieja dentro de las murallas)


Lo 1º de todo APARCAR. En el casco viejo, es prácticamente imposible encontrar un sitio donde dejar el coche. Lo mejor es dejarlo por la zona de la Calle Sabino Arana esquina con la Calle Irún, ya que allí  hay un ascensor que deja justo en el Castillo, en la Plaza de Armas, centro de la zona que queremos visitar.

Ascensor que va desde C/Sabino Arana al Parador

Delimitado por las antiguas murallas de la ciudad, con las puertas de Santa María y San Nicolás. La belleza de sus calles con casas solariegas y comercio tradicional,  merecen esta visita.
El recorrido para ver lo más importante del Casco Viejo amurallado de Hondarribia es éste que os proponemos, puede durar poco más o menos (según las personas) entre 50 minutos o una hora, andando claro.


La relación de los puntos a visitar son:

Puntos 1 y 2: El Castillo (Parador Nacional)
Punto 3: Plaza de Armas (Oficina de Turismo)
Puntos 4, 6 y 7 : Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano
Punto 5: Casa Ladrón de Guevara
Punto 8: Casa Iriarte
Punto 9: Palacio de Zuloaga
Punto 10: Palacio Casadevante
Punto 11: Casa Consistorial
Punto 12: Plaza  del Obispo
Punto 13: Puerta de Sta. María
Punto 14: Muralla Sur
Punto 15: Baluarte de la Reina
Punto 16: Hacia la Puerta de San Nicolás
Punto 17: Puerta de San Nicolás
Punto 18: Calle de San Nicolás
Punto 19: Plaza Guipuzcoa
Punto 20: Casa de Juana la Loca
Punto 21: Casas de la calle San Nicolás
Punto 22: Final de recorrido en la Plaza de Armas, donde empezamos.

Lo primero que hicimos, como siempre, fue ir a la Oficina de Turismo que está en la Plaza de Armas 9, justo enfrente del Castillo (Parador Nacional). No confundirse e ir a otra oficina de Información y Turismo que está en el puerto deportivo, fuera de las murallas, porque tiene un horario limitado y suele estar cerrada.
Oficina de Información y Turismo
Arma Plaza, 9   Tfn.: (00.34) 943 64 36 77

Horario de invierno
16 septiembre al 30 junio
Lunes - Domingo
9:30 - 18:30

Horario de verano
1 julio a 15 septiembre
Lunes - Domingo
9:30 - 19:30

Plano de Hondarribia en el siglo XVIII

1-Baluarte de la Reina; 2-Camino cubierto; 3-Foso; 4-Puerta de San Nicolás; 5-Media luna de San Nicolás; 6-Baluarte de Leiba; 7-Plaza de Armas del camino cubierto; 8-Media luna de Guevara;
9-Almacén de pólvora; 10-Cubo de la Magdalena; 11-Salida del camino cubierto al glacis;
12-Baluarte de Medina; 13-Torre vieja de la Munición; 14-Palacio de Carlos V; 15-Baluarte de Santiago; 16-Iglesia parroquial; 17-Cubo de Bamba; 18-Baluarte de San Felipe; 19-Puerta de Santa María; 20-Puerta de San Felipe; 21-Muralla; 22-Glacis; 23-Través del camino cubierto; 24- Plaza de Armas.

Punto 1 y 2 : EL CASTILLO

Este castillo debió de ser una de las primeras Fortalezas que existieron en la provincia. La tradición atribuye su fundación a Sancho Abarca Rey de Navarra su ampliación y fortificación a don Sancho el Fuerte y su hermosa fachada al emperador Carlos V. Era a la vez castillo y palacio, siendo la parte destinada a lo primero la del lado de la plaza. Muy recientemente construido, con unos muros en algunos lados de cerca de tres metros de espesor. Sus bóvedas de piedra sostienen una ancha plataforma o terraza superior que estuvo dotada de 10 piezas de artillería y, según planos del año 1737, resguardada por una cubierta o tejado. La parte destinada a palacio, donde se alojaban las personas reales, capitanes generales, alcaides y gobernadores, era de menor altura que el castillo y miraba hacia Francia, fue destruida por los franceses en el año 1794.

Desde 1968 está habilitado como Parador Nacional de Turismo.





Punto 3: Plaza de Armas

Estás sido tradicionalmente la única plaza de Hondarribia. Se llama plaza de Armas porque era propiedad del Castillo y se utilizaba para ejercicios de armas y adiestramiento de los soldados, pero al ser la única plaza de la Villa se empleaba también para usos civiles. En los días de fiesta por ejemplo, la plaza se cerraba con tablas para celebrar corridas de toros, y se instalaban gradas de madera para el público. Las ventanas y balcones de las casas se adornaban con tapices colgantes y se vendían como localidades.
El uso compartido de la plaza dio  lugar a enfrentamientos entre las dos autoridades que convivían en la villa : la municipal y la militar que a veces estallaban debido a la tensión bélica que se vivía en la frontera.
Harto de estos problemas en 1761 el ayuntamiento decidió construir una nueva plaza derribando varias casas de la calle mayor, pero el proyecto nunca se llevó acabo. En esta plaza tienen lugar cada 8 de septiembre el tradicional ALARDE. Todos los vecinos formados por compañías disparan sus armas al unísono antes de subir en procesión a Guadalupe cumpliendo el voto que hizo la ciudad en 1638.
A la derecha, podremos contemplar la severa fachada del Castillo de Carlos V.


Vista desde la Plaza de Armas


Punto 4: La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano 

Nos dirigimos ahora hacia la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano. Sitúese entre la iglesia y el castillo, teniendo a la vista la Calle Mayor (Nagusia). La Iglesia de Hondarribia es uno de los monumentos religiosos más interesantes de Gipuzkoa. Su vida y su historia están como toda la villa marcadas por la guerra.
Comenzó a construirse en 1474, el mismo año que empezaba su reinado Isabel la Católica, pero las obras, interrumpidas a menudo por los conflictos bélicos, avanzaron muy lentamente. Llegaron incluso a paralizarse por completo pues el gobernador militar declaró que un edificio tan alto junto al castillo estorbaría su misión defensiva y no se continuaron mientras él siguió en la plaza.  Vamos a ir comentando algunos detalles del edificio comenzando por la pared que mira hacia el castillo en el primer tramo tenemos tres ventanas dos con arcos apuntados y la central con forma de óculo.
De estas ventanas la más interesante es la de la izquierda contiene una tracería muy curiosa formada con arcos conopiales. Es un tipo de dibujo más propio del gótico inglés que no vemos en otras iglesias del entorno. Su presencia en Hondarribia se explica por los intensos contactos comerciales que los pueblos costeros mantenían con el norte de Europa. Por encima de las ventanas vemos un friso decorado con formas típicas del gótico tardío o gótico flamígero que recorre la pared a modo de remate. El friso se quiebra a la altura del óculo y cambia de dibujo, una muestra de la libertad con que los maestros góticos ejecutaban sus proyectos resolviendo sobre la marcha los problemas. A la izquierda de la ventana de tracería inglesa, se encuentra la puerta septentrional. Vamos a acercarnos para contemplar mejor esta bella portada protegida por un pequeño pórtico cerrado con rejas. Contiene una decoración sencilla y elegante de líneas muy características del gótico tardío. Las finas arquivoltas se coronan por un arco conopial adornado con bolas y con un motivo flamígero. En su vértice, dos contrafuertes decorativos rematados por pináculos dan al  conjunto impuso vertical. La pared izquierda contiene un elemento muy interesante, el escudo de armas de Hondarribia más antiguo que se conserva. En el aparecen los dos elementos que han marcado siempre la identidad de la villa: el castillo y el mar. Debajo del Castillo se distinguen dos pescadores sobre una sencilla barca, arponeando una ballena. Retrocedemos ahora y volvamos a la calle mayor, para contemplar la fachada principal. Mientras vamos hacia allí, recordamos el acontecimiento más importante que ha presenciado esta Iglesia. La boda de Maria Eugenia de Austria, hija primogénita del Rey de España, Felipe IV, con Luis XIV, conocido como el Rey Sol. La boda rubricaba el tratado de los Pirineos firmado en la cercana isla de los Faisanes que puso fin a décadas de guerra entre España y Francia. Felipe IV y su hija hicieron noche en el castillo el 2 de junio de 1660. Al día siguiente cubrieron en carroza los escasos metros que le separaban de la iglesia con una ostentación y grandeza dignas de una corte barroca. Era tanta la gente del cortejo y tan reducido el espacio que se organizó una gran confusión lo que contribuyó a aumentar su vistosidad. La boda se celebró por poderes en ausencia del rey de Francia y se ratificó seis días después en San Juan de Luz, a donde llegó María Teresa convertida ya en reina de Francia.


Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano


Punto 5: Casa Ladrón de Guevara

La calle Mayor (Kalea Nagusia) que ahora vamos a recorrer era la principal de la antigua villa, donde se encontraban los Palacios de las principales familias. Por esta calle pasaba el camino Real,  es decir el equivalente de la carretera nacional de otros siglos. En el número 4 tenemos la casa de Ladrón de Guevara, construida por esta importante familia en el siglo XVII. Su característica más llamativa es el ladrillo vidriado de color azul con que se cubre, siendo la única de la ciudad de estas características. Está construida en estilo herreriano y es heredera del enorme impacto que causó en toda la península el edificio del Escorial. La máxima de este estilo es la sobriedad en la ornamentación. La belleza se busca en la proporción armónica de los elementos. Las cornisas que separan horizontalmente la fachada, el ritmo de las ventanas. En este sentido se trata de una fachada perfectamente lograda.
Un poco más abajo en el número 8 de la calle tenemos la casa Iriarte, haciendo esquina con la calle Tiendas.


Punto 8: Casa Iriarte

Esta casa construida en el siglo XVI es una de las más vistosas de la ciudad. A diferencia del Palacio que acabamos de ver no fue encargada a un arquitecto profesional sino que forma parte de lo que se llama arquitectura popular. Realizadas con menos pretensiones y con materiales más pobres estas casas no siguen las corrientes artísticas del momento sino el estilo tradicional del lugar. En Hondarribia las casas tradicionales se construían con piedra de sillería en la planta baja y a partir de ese nivel con entramado de madera. La madera hace que resulte sencillo construir en voladizo de modo que los pisos vayan ganando espacio a la calle conforme cobran altura. Es un recurso muy habitual en todo el país vasco dentro de recintos amurallados donde el espacio es escaso. La casa Iriarte en concreto como hace esquina y carece de apoyo en uno de sus flancos, necesita un soporte extra para sostener el voladizo con garantías. Esa es la función de saliente de piedra de la esquina.Si se asoma la fachada que da a la calleTiendas verá que también aquí se buscan apoyos suplementarios que le dan a la casa un fuerte sabor medieval. Fíjese por último, en la obra de madera de la fachada principal. Las cabezas de las vigas salientes o canecillos han sido talladas en forma de volutas buscando un mayor efecto decorativo, recurso que sería luego imitado en toda la villa. Dentro de la categoría de arquitectura popular, la casa Iriarte es la más ambiciosa e interesante de Hondarribia.


Punto 9: Palacio de Zuloaga

Calle Mayor, nº 8
Palacio urbano blasonado construido sobre una edificación anterior ubicado en el casco histórico entre las calles Mayor, Tiendas y Pampinot. Desde el punto de vista documental, parece ser que en 1507 existía ya un palacio en este lugar, edificio que fue incendiado tras el asedio de 1638 y reconstruido posteriormente. En 1753 es rehecho por Pedro Ignacio de Zuloaga y Moyua casi completamente. Durante la Guerra de la Convenión en el siglo XVIII sufrió desperfectos, desapareciendo todo el balconaje, volviéndose a ser reconstruido en 1890. A pesar de las continuas destrucciones y posteriores reconstrucciones, además de conservar partes antiguas, lo esencial del palacio corresponde a la mitad del siglo XVIII.

El edificio consta de tres alturas. Tiene cubierta a tres aguas rematada con un alero con canes tallados y lateralmente con ménsulas de piedra labrada destacando la que mira a la calle Pampinot que tiene una inscripción "Christu vincit Christus regnat Christus imperat".

La fachada principal que mira a la calle Mayor llama la atención por la regularidad de su composición en la disposición de los vanos, ricamente decorados, con motivos barrocos como frontones partidos curvos y terminados en espiral. En el centro de la segunda planta, destaca el escudo de la familia Zuloaga. El material constructivo empleado es sillería de arenisca para la fachada principal y lateral así como mampostería enfoscada para la fachada trasera.

Según algunos especialistas, es posible que la fachada principal se construya sobre una especie de zócalo, que corresponde a la planta baja, que por características estéticas podría ser anterior al cuerpo del primer y segundo piso. Pudiera tratarse de un resto constructivo de un primer proyecto del cual sólo se llego a construirse esta pequeña parte. Llama la atención en este primer cuerpo el uso extensivo del almohadillado y el número impar de huecos que contrasta con el número par del resto de plantas.

Este edificio de propiedad municipal alberga en la actualidad el archivo histórico y la biblioteca municipal.



Punto 10: Palacio Casadevante

Enfrente de la casa Zuloaga y un poco más abajo tenemos en el nº 5 de la calle Mayor,  el Palacio de Casadevanate, uno de los más importantes de la ciudad,  convertido hoy en hotel Hotel Pampinot. El  edificio fue construido en 1616 según la pauta marcada por el palacio de Arbelaiz de Irún.  Este palacio había causado gran impacto en toda la comarca. Los Casadevante, una de las familias más antiguas y linajudas de Fuenterrabía, habían amasado una gran fortuna en las minas del Potosí y debieron dar indicaciones muy claras al arquitecto. Éste diseñó una estructura muy similar para enmarcar la puerta de ingreso que se repite simplificada en la ventana superior. Como en Irún se emplean dos calidades de tierra diferentes para crear un efecto cromático, caliza gris para el muro y arenisca dorada para los adornos. Pero a diferencia de aquel donde los elementos forman un conjunto sobrio y mesurado, aquí se abusa de la decoración buscando un mayor impacto visual y el resultado final es menos armónico. El palacio consiguió gran protagonismo durante del asedio de 1638. Aquí se desarrolló la fallida negociación con los sitiadores y se alojó al comandante que entró en auxilio de la ciudad. La elegantísima puerta de madera es del siglo XVIII.


Escudo de la casa Casadevante



Punto 11: Casa Consistorial

En Palacio del Ayuntamiento,  fue construido en la primera mitad del siglo XVIII. Hasta este momento el Concejo se reunía en la casa Torre adosada a la iglesia. El edificio responde al esquema habitual de las casas consistoriales del entorno. Un amplio pórtico de entrada de funciones múltiples y encima de él la sala de plenos, con acceso a una amplia balconada  donde uno de sus elementos más destacados es la amplia baranda de hierro forjado.


Punto 12: Plaza  del Obispo

Se trata de una de las calles más antiguas de Hondarribia. De hecho, se conoce con el nombre actual desde el S.XVI. En uno de sus extremos sobresale la Casa Torre Urbana de Palencia, llamada también Echevestenea. En esta casa nació Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, quien llegó a ser Arzobispo de Sevilla, capellán de Carlos V y protector de Santa Teresa. La ciudad de Hondarribia erigió una estatua a su ilustre hijo frente a su casa natal, en la plaza que lleva su nombre.
Hotel Obispo. Parte posterior
Punto 13: Puerta de Sta. María

Mirando este arco desde la ciudad, a su derecha con la inscripción: Rincón de los pintores. En efecto, si mira hacia la calle Mayor, verá que desde aquí se obtiene una preciosa vista con el campanario de la iglesia asomando por encima de las casas.


Es una de las vistas clásicas, reproducida en múltiples cuadros y fotografías de Hondarribia. Pasando al otro  lado de la puerta para verla desde fuera, observemos las paredes laterales que conservan todavía los goznes de hierro de las antiguas puertas y también raspones de vehículos, pues la puerta estuvo abierta el tráfico de coches hasta el año 2010. Esta puerta de Santa María era la principal de la villa y por ella entraba el camino real.
La ciudad tenía una segunda puerta llamada de San Nicolás que luego veremos. En la puerta había un cubo defensivo de planta semicircular para la protección de los disparos procedentes de ese flanco, el más peligroso. Podemos ver los restos de este cubo a nuestra izquierda. Su interior contenía un aljibe de agua potable un bien precioso en una villa asediada.
La puerta tenía una estructura más compleja compuesta por varios elementos hoy desaparecidos con cuerpos de guardia y puente levadizo
El escudo de armas, sobre el arco de la puerta:
A la derecha de la corona podemos distinguir el año que fue esculpido, 1694. Sobre la corona, la virgen de Guadalupe patrona de la ciudad que figura en su blasón desde el asedio de 1638, a la que se atribuyó la victoria sobre las armas francesas. El escudo se divide en cuatro cuarteles : en el primero un ángel con una llave en la mano indica que esta villa era la llave de Castilla. A su derecha un león rampante, símbolo de fuerza y nobleza. Bajo el ángel, un barco ballenero del siglo XVII con una ballena en el agua, pues la casa de la ballena fue una de las principales actividades de Hondaribia y por último una sirena y un tritón con espejos en la mano. Un elemento que se repite muchos escudos de armas a orillas del Bidasoa. En el escudete del centro tenemos el Castillo, elemento primordial de la villa desde su origen. Orlando el escudo vemos gran número de banderas y estandartes conquistadas al enemigo en el asedio de 1638, así como cañones, bombardas y otras piezas de artillería exhibidos como trofeos de guerra. Cierra el conjunto una banda circular donde leemos las iniciales de los títulos que adorna la ciudad La muy noble y muy leal. muy valerosa ciudad de Fuenterrabía. El título de ciudad en lugar de Villa le fue concedido a partir de ese asedio siendo la primera de conseguirlo en toda Guipúzcoa.


Punto 14: Muralla Sur

Para empezar el recorrido por las murallas de la zona Sur,  pase por la puerta de Santa María hacia el interior de la ciudad amurallada y gire inmediatamente al izquierda. El  castillito que vemos adosado a la puerta es una construcción moderna sin valor. El siguiente punto del itinerario, tras pasar por el Rincón de los Pintores, será precisamente el busto del pintor José Etxenagusía, un hijo ilustre de Hondarribia nacido en el año 1844. Girando a la izquierda, entre los árboles del paseo, veremos el busto de bronce sobre un alto pedestal de piedra. José Etxenagusía, apogado Etxena, por la dificultad que contaba la gente para pronunciar su apellido, es uno de los primeros pintores vascos que alcanzó prestigio internacional. El Ayuntamiento de Hondarribia quiso honrarle haciendo este busto cuya mirada se dirige precisamente hacia la casa que le vio nacer, la 2ª de esta hilera. La fachada principal de la casa da a la calle de atrás que recibe el nombre del pintor. Vamos a asomarnos ahora a la barandilla para ver desde arriba uno de los lienzos de la muralla. El tramo que se corresponde con la barandilla metálica es donde la muralla ha sido destruida, a la derecha donde termina la barandilla comienza el tramo bien conservado. Si se asoma ligeramente podrá verla mejor.  Las murallas están rodeadas hoy por una alfombra de hierba que realza la belleza de estas imponentes construcciones. Tienen forma de talud con una inclinación estudiada para dificultar su asalto hasta la altura de una moldura semicircular llamada cordón a partir de la cual se rematan con perfil vertical. Todas las fortificaciones que vamos a ver a continuación, fueron construidas en sus elementos esenciales por el emperador Carlos V. Apenas comenzó su reinado surgió en Castilla la revuelta Comunera, que los franceses aprovecharon para conquistar Fuenterrabía. Los dos años y medio que la retuvieron en su poder hicieron sufrir mucho a Carlos V inquieto por esta cabeza de puente del enemigo en su reino. Apenas consiguió reconquistarla en 1524 comenzó la completa remodelación de sus fortificaciones que se prolongaría durante todo su reinado. Sigamos avanzando en nuestro itinerario. Nos acercamos al tramo en que comienza la muralla. Una escalerita de piedra clausurada por seguridad, sube hasta el adarve. El corte de la muralla nos permite apreciar su grosor que en la base alcanza unos 15 m. Deja al descubierto también su composición interna, un núcleo de mampostería de cascote, revestido por sillares de arenisca en todas sus caras vistas, tanto interiores como exteriores. Pasaremos por una calle asfaltada que discurre entre la muralla y las casas de la primera línea. Esta calle era el camino de Ronda que permitía recorrer a cubierto todo el perímetro. También las casas a nuestra derecha buscaban el abrigo de la muralla, por lo que no debían sobresalir más de un piso por este lado.  Un poco más adelante, en el número 12, vemos una casa antigua que cumple esta condición, las demás son ya edificios modernos. Cuando llegue esta casa fíjese frente a ella en las dos estrechas aberturas o troneras de la muralla donde se apostaban los fusileros. También se aprecia bien en todo este tramo los sillares que revisten el núcleo de la muralla. A continuación nos dirigiremos hasta el final de esta calle donde veremos una rejas metálicas. Asómese a  la barandilla teniendo a la vista las pasarelas y estructuras modernas que se ven desde allí.


Punto 15: Baluarte de la Reina

Visita al Baluarte de la Reina
Situado en el vértice suroeste del recinto amurallado, se trata de un baluarte en forma de
punta de diamante que convive con un precioso jardín para el disfrute del visitante. En él
se realizan una pequeña explicación sobre su historia.
Horarios: de martes a domingo, a las 11:30 en castellano, a las 15:30 en francés, a las
17:00 en euskera, a las 18:30 en castellano.
Entrada gratuita
Lugar de encuentro: el Baluarte de la Reina.

El Baluarte de la Reina, fue excavado y rehabilitado en el año 2.007. Hasta ese momento se hallaba cubierto por toneladas de tierra y derrumbes. Para comprender su arquitectura y su función, vea la imagen de la ficha adjunta.



Los baluartes son esas estructuras de forma poligonal situadas en los ángulos de la fortificación. Sobresalen hacia fuera para poder defender los lienzos de la muralla arrojando fuego artillero por sus costados. Como vemos en la imagen, los baluartes tenían dos patios, uno junto a cada costado, desde donde se abría fuego a través de las troneras. Observe  las ruinas que tenemos delante. Estamos viendo uno de los patios del baluarte. La pared de enfrente debería cerrar el partido que se encuentra derruido. La pared de la izquierda forma el flanco del Baluarte,  con ventanas por donde disparaban los cañones para defender la muralla. En su parte alta vemos una ventana con arco de medio punto su gran tamaño se explica porque los cañones se disparaban desde la terraza que hay sobre la pared de nuestra derecha. El disparo pasaba limpiamente a través de esta ventana salvando la distancia del patio. Existen en el mundo pocos testimonios de este tipo de estructuras que pronto dejaron de utilizarse. Enseguida debió instalarse una plataforma cañonera junto a la tronera, muy similar a la moderna estructura que ahora vemos. Debajo de esta tronera hay una más pequeña de forma cuadrada. Ahora si lo desea puede bajar hasta el patio por las escaleras y pasar por el túnel que ve a mano derecha, descubierto en las excavaciones de 2007, que conecta con el otro patio del baluarte. Si en lugar de tomar el túnel sigue hacia adelante y dobla la esquina, subirá a la plataforma artillera, que se encuentra en la garita de vigilancia. Cuando termine de explorar el baluarte, vuelva este lugar o bien sitúese junto a la primera casa de la calle del General Leiba, en cuyo portal se lee Ondartxa 7.





 Punto 16: Hacia la Puerta de San Nicolás

Vamos a ir ahora caminando más de 100 m. en línea recta teniendo las casas de primera fila a nuestra derecha. A  nuestra  izquierda queda la muralla  en la que veremos la puerta de San Nicolás adonde nos dirigimos. Este tramo de muralla entre el baluarte de la reina y el de San Nicolás, junto a la puerta donde vamos era el punto más vulnerable de la plaza Carecía de las defensas naturales que proporcionaba la bahía por el otro lado e incluso concedía ciertas ventajas al enemigo al ofrecerles la ladera de una montaña donde podían emplazar la artillería en posición dominante. Por eso recibió continuas atenciones de los ingenieros militares. Sus muros se hicieron más sólidos y se construyeron sucesivas barreras de obstáculos que enseguida explicaremos. A pesar de todo era siempre el frente más castigado donde ejército enemigo conseguía abrir las brechas. Una de ellas la podemos ver en la muralla de nuestra izquierda. Hacia el centro de este lienzo,
se puede apreciar un remiendo realizado con mampostería entre los sillares de arenisca. La reparación fue realizada en el siglo XVIII. En lugar del estrecho camino de Ronda que vimos hace un momento, en esta parte se abre un amplio espacio entre la muralla y las casas de primera linea. Al ser el tramo más expuesto aquí se concentraba el grueso de los defensores y este espacio era necesario para maniobrar. Las casas de nuestra derecha según avanzamos, son de factura reciente. Como es fácil imaginar todo este frente fue terriblemente castigado en los asedios y para el siglo XIX no quedaba en pie ninguna casa. La mayoría de las que ahora vemos han sido construidas imitando el tipo de arquitectura popular. Planta baja  de piedra,  plantas superiores con simulación de entramado de madera y pisos en voladizo creciente apoyado en las medianeras de tierra.
Cuando llegue a la puerta de San Nicolás, atraviésela para situarse en la pasarela.

Punto 17: Puerta de San Nicolás

La plaza de Fuenterrabía ha tenido siempre dos puertas. Esta de San Nicolás enlaza con el camino que va hacia el monte Jaizkibel y por tanto hacia el Santuario de Guadalupe y hacía Santiago por la costa. La puerta permaneció tapiada durante muchos años. En el año 2000 fue rehabilitada y se construyó esta pasarela que atraviesa el foso, cuyo frágil aspecto evoca el puente de madera que tuvo originalmente. Desde de aquí vamos a explicar las fortificaciones exteriores que tenía la plaza protegiendo su flanco más expuesto.

La imagen muestra la plaza en el momento de máximo desarrollo de las fortificaciones.



En primer lugar tenemos el ancho foso que ahora vemos ocupado por la alfombra de hierba y la carretera. Más allá del foso había dos medias lunas o revellines con fortificación en forma de punta a modo de baluarte, protegidos a su vez con un foso.
Más externo aún, rodeando todo el perímetro, había un camino cubierto protegido por un parapeto que terminaba hacia la campaña con un suave declive llamado glacis. El objetivo de estas defensas era retrasar todo lo posible el asalto final a la plaza. Cuando el enemigo estaba apunto de tomar una posición, los defensores se replegaban hacia la siguiente barrera. El único testimonio que queda hoy de las defensas exteriores de la plaza, es el revellín de San Nicolás, la pequeña colina de hierba, que ha ganado relevancia y sentido con la construcción de esta pasarela. Fíjese por último en el lienzo de muralla que queda a nuestra derecha según miramos la puerta. Desde la pasarela en su base, junto la hierba, se aprecian varios huecos abiertos a intervalos regulares. Su historia se remonta a la revolución francesa y marca el fin de Fuenterrabía como plaza fuerte. España declaró la guerra la Francia revolucionaria cuando el rey Luis XVI fue guillotinado. Un año después en 1794 tras un breve asedio, los franceses entraron en Fuenterrabía con el propósito de acabar para siempre con sus murallas. Trajeron consigo expertos artificieros alemanes, que destruyeron primero las murallas más débiles, las que miraban a la bahía y luego se dispusieron hacerlo con estas. Realizaron las minas que ahora contemplamos para colocar las cargas explosivas, pero cuando iban a volarlas llegó la noticia de la paz de Basilea. Las murallas se salvaron in extremis.
Vamos a encarar ya el último tramo de nuestro paseo. Atravesamos nuevamente la puerta de San Nicolás y nos dirigimos hacia la calle del mismo nombre. La encontraremos ligeramente a la derecha, según nos acercamos a las casas. El asalto francés de 1794 marcó un hito en la historia de Fuenterrabía. Además de destruir las murallas, los revolucionarios hicieron grandes destrozos en el castillo y recorrieron las calles devastando la ciudad. El estado en que quedó tras este último episodio era desolador. De todo el recinto urbano solo en la calle mayor no faltaban casas. En otras tres calles había un bastantes y en las demás apenas quedaba alguna. Varios generales encargados de elaborar un informe de los daños emitieron un veredicto inequívoco: “se puede decir que la plaza de Fuenterrabía ha dejado de existir.”  La ciudad entraba en el siglo XIX arruinada con una población en declive, llena de escombros y casas derribadas. Era ya una ruina histórica cargada de cicatrices y de recuerdos bélicos.



Punto 18: Calle de San Nicolás

Calle estrecha y al principio con pocas casas por lo que ya hemos contado de los continuos asedios. No obstante conforme nos vamos acercando a la plaza de Armas, el nº de casas aumenta.
Esta calle junto a la calle Mayor, son los dos principales ejes de la villa.
Las casas tienen parecidas características planta rectangular muy estrecha y profunda, con la cubierta a dos aguas y el caballete paralelo a la calzada. La planta baja de piedra de sillería con una puerta y una ventana adinteladas. Los aleros simples o dobles, de grandes dimensiones y con canecillos tallados.
En el nº 5,  figura la fecha de su construcción posiblemente en el año 1757.
En el nº 13, tallado en madera el año 1665 respectivamente.
En el nº 2, se encuentra la Casa Mugarretenea, que soporta desde hace siglos una curiosa leyenda la casa siempre se transmitirá de mujer a mujer, de madre a hija, de abuela a nieta, o de tía a sobrina. Esta leyenda se ha cumplido, ya que siempre han sido mujeres las propietarias del palacio durante las últimas generaciones.

Nos desviamos un poco de la calle San Nicolás para llegarnos a la Plaza Guipúzcoa.

Punto 19: Plaza Guipuzcoa (O Plaza de las cadenas)

Esta plaza podría aparecer a un visitante poco avisado, una hermosa plaza medieval. Sin  duda es una plaza acogedora y se ha convertido en un punto de visita obligada, pero una mirada más atenta nos hace descubrir que hay algo falso en ella. Todo aquí es demasiado perfecto. Los grandes lienzos de cada lado de la plaza han sido diseñadas conjuntamente por un mismo arquitecto, produciendo el efecto de una gran coherencia pero carente de autenticidad, como si se tratara de un decorado. Vemos un despliegue de recursos variados, lienzos de ladrillo visto y elnlucido falsos entramados de madera con elementos tallados, ventanas con arcos de pico que no hemos visto en ningún otro lugar de la ciudad. Los simpáticos soportales que rodean la plaza aparecen aquí por primera vez. Se introducen para dar un fuerte sabor de tipismo, pero no tienen en Hondarribia nada de típico, le dan más bien un aire de plaza castellana. 
Fue diseñada por el arquitecto Manuel Manzano-Monís en 1965, igual que el frente de casas que hemos visto junto a la muralla y muchos otros elementos del casco histórico. Se trata de una recreación personal realizada con criterio historicista, elegante pero algo fantasiosa. Algunos critican este criterio restaurador mientras otros lo defienden a capa y espada. En cualquier caso Hondarribia está orgullosa de su pintoresca plaza y la exhibe en todos sus folletos turísticos.
Aprovechando la gran resonancia, se utiliza en casi todas las fiestas y sobre todo en conciertos musicales.






Volvemos a la Calle San Nicolás por la calle Juan De Laborda, donde en el nº 3, encontraremos el Palacio Eguiliuz conocido como Casa de Juana la Loca.


Punto 20: Casa de Juana la Loca (Palacio Eguiluz)

Palacio blasonado del siglo XVII de propiedad particular. Consta de dos alturas. En la fachada principal de composición simétrica y clasicista destaca el gusto por la sillería almohadillada por lo que su datación no sobrepasaría la primera mitad del siglo XVII. No obstante, este edificio es sobradamente conocido como la casa de Juana la Loca por la leyenda que narra que en 1502 se alojó en él junto a Felipe el Hermoso cuando se dirigían de Bruselas a Toledo para ser proclamados príncipes herederos y se detuvieron tres días en Hondarribia.

Llama la atención el empleo de material constructivo variado (arenisca y caliza). En la fachada principal destaca el gran acceso principal flanqueado por pilastras almohadilladas que sostienen un frontón en arco partido en cuyo interior se aloja un gran escudo. Dadas las dimensiones de dicho escudo respecto a la ventana que lo aloja podría pensarse que es posterior aunque cronológicamente contemporáneo al resto del edificio.

Lo más importante es que en el año 1984 fue declarado Bien de Interés Turístico con categoría de monumento.

Desde esta calle, hay unas preciosas vistas al mar, y al espigón y playa de la vecina Hendaya.


Volvemos otra vez a la calle San Nicolás, en dirección al punto final del recorrido en la plaza de Armas.

Punto 21: Casas de la calle San Nicolás

Podemos observar otra vez en la calle San Nicolás, la casa número 17. La puerta de entrada se remata con un arco conopial al igual que la ventana protegida por una bonita reja. Las casas de su izquierda hasta el número 9, siguen patrón similar: una puerta de acceso con una ventana baja junto a ella. El comercio de Fuenterrabía que carecía de mercado se desarrollaba en modestas tiendas como éstas. El vestíbulo de la casa se utilizaba como almacén u obrador,  iluminado por una ventana cuyo alféizar hacía las veces de mostrador. Llama también la atención la anchura uniforme de las casas, es el resultado de la parcelación regular de la villa en el momento de su fundación.En lotes estrechos y alargados. El contraste con los grandes frentes diseñados por Manzano-Monís, resulta evidente.





Punto 22: Final de recorrido en la Plaza de Armas, donde empezamos. 

Acabamos el recorrido allí donde lo empezamos: La Plaza de Armas.
La plaza fuerte de Hondarribia es la única que se puede visitar hoy en la comunidad del País Vasco pues San Sebastián derribó sus murallas en el siglo XIX para ensanchar la ciudad. Afortunadamente Hondarribia encontró zonas de expansión fuera del recinto urbano y ha conservado sus murallas, que son el mejor testimonio de su importante historia.


B) Barrio de la Marina (Barrio de pescadores, extramuros)


Para visitar el barrio de la Marina, lo mejor es bajar por el ascensor que está detrás del castillo de Carlos V (Parador Nacional) y llegaremos a la Calle Sabino Arana, donde teníamos aparcado el coche. Todo recto se llega en un momento al nº 15 de la Calle San Pedro donde podemos comenzar el recorrido por la Marina. Ver mapa


Nuestro paseo comienza por la calle San Pedro nº 15, vamos avanzando junto a las casas que quedan a la izquierda. Este barrio es hoy la zona más céntrica y animada de la ciudad pero en su origen fue un miserable arrabal de pescadores, arrantzales en vasco. Era conocido como arrabal de la Magdalena. El duro régimen de vida de estos hombres no les permitía vivir intramuros pues todos los días, de madrugada antes de que se abriera la puerta de la muralla debían hacerse a la mar. Enseguida llegaremos a una casa de tamaño minúsculo, en el nº 23 de la calle que estamos, San Pedro. Hoy es el restaurante Zeria, la casa más antigua de todas y nos permite imaginar el aspecto de este arrabal en otros siglos.
En el siglo XVI y XVII, había dos hileras de casas, construidas con material muy pobre. Estas hileras serían las que formarían posteriormente las calles de San Pedro (más próxima al mar) y la calle Santiago.

Seguimos por la calle San Pedro, caminando por la doble hilera de árboles fijándonos en las casas de la izquierda. En este barrio estaba prohibida toda construcción de sillería. Las casas debían ser ligeras para poder derribarlas en caso de necesidad. En caso de asedio había que evitar a toda costa que el enemigo pudiera hacerse fuerte fuera de las murallas, aprovechando las casas de los arrabales. Defender la plaza era la prioridad absoluta en Fuenterrabía. Habrá podido notar ya algunas diferencias respecto a la arquitectura popular que vimos intramuros. Aquí las casas no están pegadas unas a otras compartiendo pared medianera, sino exentas, dejando estrechos callejones entre ellas. Se cubren con tejado a dos aguas haciendo que muchas fachadas terminen en pico,
mientras que intramuros las fachadas se rematan siempre con aleros horizontales. La distribución de los edificios no sigue como allí una pauta geométrica. Las casas se fueron levantando espontáneamente, una al lado de otra sin ninguna planificación urbanística, siguiendo la linea de la orilla. Por eso forman un suave arco en contraste con la acera rectilínea que vemos a nuestra derecha. En esta playa no tenía los problemas de espacio del recinto intramuros y no había necesidad de construir en voladizo.Tampoco se veían dobles aleros, ni hierro forjado en los balcones, ni escudos de armas. Los arrantzales quedaban completamente al margen de ese juego burgués de ostentación y promoción de linaje. Otra diferencia es el colorido, mientras la villa se viste de colores serios, aquí la madera se pinta con colores vivos, reaprovechando la misma pintura que se usaba para los barcos,un colorido que se ven reforzados por la presencia de flores en los balcones. En los bajos de las casas, donde antiguamente se guardaban los pertrechos de pesca y las redes, han surgido hoy bares y  restaurantes que convierte la Marina en el barrio de txiqueteo por excelencia.


Tal como vemos en el plano, lo importante es callejear por las dos o tres calles principales: Santiago, San Pedro y Zuloaga. Luego visitar la Hermandad o Cofradía de Mareantes y Pescadores y la Iglesia de Santa María Magdalena ( o de la Marina ). Esta última no tiene realmente interés ya que es del siglo XX, concretamente 1923. La anterior iglesia verdad, la ermita de Santa Magdalena del siglo XVI, acabó cerrándose al culto y se vendió, sin más reparo. Si quieres más información sobre esta interesante ermita que formaba parte del Camino de Santiago, ( de ahí el nombrede esta calle) lee este enlace.

Cofradía de Mareantes y Pescadores (hoy en día Hermandad de pescadores)

Calle Zuloaga 12, por detrás da a la calle Matxin Arzu
La Cofradía de Mareantes de San Pedro data del año 1.361. Anteriormente ya existía una gran actividad de pesca, si bien es en este año cuando se dota a la entidad de reconocimiento por parte de las autoridades de la época.
El edificio fue construido en 1361 para albergar la antigua cofradía de pescadores de Hondarribia, en la que guardaban hace ya seis siglos las redes que los pescadores de la época usaban en su labor diaria. Construido con arena de playa, el mar llegaba entonces hasta sus puertas, y vigas de roble lo convierten en uno de los edificios emblemáticos de la ciudad. En 1947 se inauguró el actual restaurante, debajo de la cofradía, respetando el aroma de la antigua cofradía del barrio de pescadores.



C) El paseo marítimo y la playa.

Otro atractivo del barrio de la Marina es el Paseo de Butrón que se extiende junto al agua y al que te recomendamos ir a caminar. Desde el Paseo de Butrón es posible disfrutar de las hermosas vistas del mar Cantábrico, el estuario del Río Bidasoa y la bahía de Txingudi con Hendaya (Francia) al otro lado.





Como os dije al principio, nosostros no pudimos ver al final nada de esto ya que a las 19h. teníamos que devolver el coche en el centro de Donostia. La verdad es que si quieres disfrutar de la visita de Hondarribia, se necesita como mínimo 1 día entero.




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